Marzo es el mes de la audición y aprovechamos para recordaros la importancia de cuidar nuestra salud auditiva.
La audición y el equilibrio son fundamentales para una conducción segura. Por esto, la capacidad auditiva en uno de los aspectos que se revisa cuando hacemos el reconocimiento médico para renovar u obtener el carnet de conducir.
Hay hipoacusia o pérdida auditiva cuando el sonido, que llega al oído, tiene que tener más volumen del habitual para poder oírlo.
La DGT (apartado 2 del Anexo IV del Real Decreto sobre aptitudes psicofísicas para obtener o renovar el permiso de conducir) establece dos niveles de índice de pérdida auditiva combinada para los dos grupos de permisos. Así, exige que para conducir no debe existir una pérdida de audición combinada entre los dos oídos, con o sin audífono, superior al 45% para el grupo 1 (AM, A1, A-2, A, B, B+E y LCC) y de más del 35% para el grupo 2 (C1, C1+E, C+E, D1, D1+E, D, D+E), obteniendo el índice de esta pérdida mediante la audiometría.
ANEXO IV: “Cuando para alcanzar la agudeza auditiva mínima requerida sea necesaria la utilización de audífono, deberá expresarse la obligación de su uso durante la conducción. Estos casos son cuando las hipoacusias, con o sin audífono, de más del 45 por 100 de pérdida combinada entre los dos oídos obtenido el índice de esta pérdida realizando audiometría tonal en el grupo 1, y más de 35 por 100 en el grupo 2.”
Además, cuando se presenta un déficit sensorial, la DGT obliga a realizar un mecanismo compensatorio basado en potenciar la capacidad de otras aéreas sensoriales, tales como la visión. En el caso de la hipoacusia es obligatoria la utilización de espejos retrovisores exteriores y uno panorámico en el interior del coche. De esta manera se aumenta el campo visual del conductor.
Los mecanismos de la audición y el equilibrio tienen lugar en el oído. La alteración de uno (sordera) puede estar acompañada por la alteración del otro (vértigo).
En el ANEXO IV, en el apartado 9, se establece que “No deben existir alteraciones del equilibrio (vértigos, inestabilidad, mareo, vahído) permanentes, evolutivos o intensos, ya sean de origen otológico o de otro tipo.”